Debemos
hacer una regresión al pasado y recordar. No
hace tanto debíamos ir Andorra y comprarnos
aquella hidratante o nutritiva, según que cremas querías debías volar a Nueva York, las
Torres Gemelas estaban en su sitio, Facebook no existía, Levis etiqueta roja el objeto y deseo de las
adolescentes debías volar a Nueva York, unas
planchas GHD era necesario volar a Londres. Aunque hoy nos parezca extraño por aquel entonces la palabra ANTIAGING estaba entre
los apuntes de los mejores laboratorios. La medicina estética era una práctica minoritaria asociada, en
el caso de los rellenos. Las manicuras y pedicuras eran cosa del verano.
No habíamos oído hablar de células madre "PRP" ni de nutricosmeticos.
Ni de láseres fraccionados, biopolímeros, rellenos reabsorbibles
ni liftings.
En los
centros de estética los aparatos eran difícil de encontrar y las manos de las esteticista el principal
instrumento de trabajo.
¡han pasado muchas cosas!
Ya hace
35 años que estoy dedicada a la
belleza en cuerpo y alma, sin nostalgia, sino todo lo contrario, me percato de
que, realmente, hay mucho de lo que acordarse y aplaudir.
Como el
buen vino, estoy convencida que para cada una de vosotras han pasado los años para bien.
Seguro
que muchas/ os que ahora estáis leyendo este bloc, estáis recordando
y será lo más normal que digas ¿te
acuerdas?.
En sólo 12 años,
el láser,
las manicuras-pedicuras, tratamientos antiaging, higienes faciales, pilates y
los spas han dejado de formar parte solo del terreno de lo eventual y elitista
para convertirse en cotidiano y mayoritario; el botox, ha dejado de ser necesario viajar al extranjero
para comprar muchas de aquellas marcas de cosmética que en el año 2000 todavía eran lejanas. En todos los
gimnasios hay Pilates, no hay ninguna clínica de estética sin programa antiaging.
Desde aquí doy gracias a todas y todos los que leéis "secretos de cabina" y también agradezco la evolución que marca este principio de
siglo en el que, por suerte, parece que
avanzamos hacia una belleza cada vez más cercana, accesible y humana.
Un cambio en el que, me gusta crecer.
Quiero
recordar el mítico eslogan de The Body Shop
"Hay 3.000 millones de mujeres en el mundo. Sólo
8 son supermodelos".