Los signos del envejecimiento son debidos a la pérdida de la elasticidad de la piel y la caída de las estructuras subcutáneas, que modifican los volúmenes de la cara, provocando un aspecto triste y cansado.
Existen diversos factores inter-relacionados que contribuyen e influyen en la aparición de los signos de envejecimiento, como el hábito de fumar y o la exposición continuada a los rayos solares y UVA, que producen una atrofia de las capas cutáneas; los hábitos dietéticos y los procesos patológicos (largas enfermedades, etc..) pueden producir absorción prematura de los depósitos grasos; o la atrofia de los tejidos (óseo, muscular, subcutáneo y cutáneo).
Pasos o etapas, aunque en muchas ocasiones, estas etapas podrían presentarse simultáneamente :
- aparición de bolsas alrededor de los ojos y exceso de piel de los párpados
- caída de la cola de la ceja
- caída del deposito graso malar, que disminuye la proyección de los pómulos y acentúa el surco nasogeniano (“rictus”)
- caída de la grasa medio facial, que atenúa el reborde mandibular, y acentúa los surcos de la comisura de la boca (líneas de marioneta)
- laxitud del cuello, con aparición de bandas o cambio en el ángulo cervico-mental.
Con el paso de los años, pueden aparecer otros signos de envejecimiento que también pueden requerir tratamiento como son:
- la atrofia del bermellón de los labios
- el agrandamiento de la nariz o de los lóbulos de las orejas
- el aumento de distancia entre la parte inferior de la nariz y el labio superior
Una cara tiene 3 dimensiones, y para conseguir un rejuvenecimiento natural, deberemos restablecer los volúmenes que el paso de los años ha cambiado; en ocasiones, es de gran ayuda que la paciente aporte fotografías de su juventud en las que se aprecie la conformación de su cara cuando tenía 20 ó 30 años.
Cada persona y cada cara son diferentes, por lo que cada enfoque de tratamiento será diferente.
El objetivo del Cirujano deberá ser obtener siempre un resultado armonioso y natural.
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